
La comarca de Campos de Hellín, en el sureste albaceteño, se presenta como un Destino Starlight de una potencia cultural y patrimonial extraordinaria. Su paisaje, donde amplios valles agrícolas regados por los ríos Mundo y Segura se alternan con sierras de moderada altitud, es el hogar de dos reconocimientos de la UNESCO que lo convierten en un lugar único en el mundo y que, por sí solos, ya justifican una visita.
El primer tesoro es el Arte Rupestre Levantino, con su máximo exponente en el Abrigo Grande de Minateda. El segundo es un patrimonio vivo e inmaterial: las sobrecogedoras Tamboradas de Hellín y Agramón, un ritual de sonido y pasión que envuelve las calles en Semana Santa. A estos dos gigantes culturales se suman el impresionante Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda, una ciudad que fue habitada durante siglos, y el Monumento Natural del Volcán de Cancarix, una rareza geológica de gran belleza.
Con semejante riqueza en la tierra, el cielo no podía ser menos. Campos de Hellín ha desarrollado una red de miradores astronómicos para facilitar la observación de estrellas en un entorno privilegiado. La experiencia en esta comarca es un viaje a través del tiempo: desde las pinturas de nuestros ancestros y los rituales sonoros que se pierden en la memoria, hasta la contemplación del cosmos, conectando los misterios del pasado humano con los del universo.